La percepción general entre los talleres de vehículo industrial es que están digitalizados, pero los datos revelan una realidad más compleja. Aunque el uso de tecnología es cada vez más habitual, todavía queda camino por recorrer para que esa digitalización se traduzca en una transformación profunda y profesional de sus operaciones.
Ese fue el eje del análisis presentado en el IV Congreso de Talleres de V.I., celebrado en el marco de Motortec 2025, donde el Club de la Posventa del V.I., en colaboración con Inforserveis (CAR), compartió los resultados del estudio “La digitalización de los talleres de V.I., hoy”, una radiografía actualizada de cómo afronta el sector su modernización operativa.
Tanto Raúl González, consultor de comunicación vinculado al Club, y posteriormente, Pau Barca, director general de Infoserveis, ofrecieron una visión complementaria desde datos cuantitativos y la percepción declarada de los profesionales, hasta la realidad práctica que viven los talleres en su día a día.
La percepción es alta, pero aún falta integración real
El estudio, elaborado con datos de una encuesta a 168 talleres de toda España, muestra que el grado de digitalización percibido por los propios profesionales es alto. En total, una media de 8,45 sobre 10. Pero como señaló Raúl González, esa valoración es más emocional que técnica. “Los talleres se sienten digitalizados porque usan programas de gestión, facturación electrónica o alguna app, pero eso no significa necesariamente que estén trabajando en un entorno digital integrado”, advirtió.
Una de las claves del estudio fue que la digitalización se concentra en tareas administrativas y de compras, con puntuaciones medias de 9,45 y 9,17 sobre 10 respectivamente. No obstante, cuando se trata de integrar herramientas para planificar operaciones, analizar cargas de trabajo o vincular procesos técnicos con la gestión del negocio, los niveles bajan.
Rentabilidad, eficiencia y visión de futuro
Aun así, los talleres sí identifican la tecnología como una vía directa hacia la mejora operativa. El 63% asegura que la digitalización contribuye “mucho” a su rentabilidad, y otro 22% dice que lo hace “bastante”. El 93% de los encuestados afirma contar ya con un software de gestión adaptado a la nueva normativa de facturación electrónica, lo que indica un esfuerzo claro por cumplir con los nuevos requisitos legales. “Digitalizar no es simplemente informatizar. Es alinear los procesos internos del taller para que trabajen como una red conectada. Ahí es donde está el verdadero salto”, apuntó González.
En la segunda parte del bloque, Pau Barca, CEO de Infoserveis y responsable de la solución CAR (Cloud Active Reception), aportó una visión técnica desde la experiencia de haber implantado herramientas de digitalización en múltiples talleres. “Muchas veces usamos apps, tablets o plataformas que nos ayudan, pero no estamos gestionando el taller desde una estructura digital completa. Estamos trasladando hábitos personales al ámbito profesional, y eso tiene sus límites”, explicó.
Barca defendió que una verdadera digitalización mejora la operativa e impacta directamente en la rentabilidad del negocio. “Integrar todo el taller, desde el cliente hasta el recambio, en una herramienta única permite ahorrar tiempo, optimizar turnos, prever cargas y tomar decisiones con datos, no con intuición”, subrayó.
Hay que integrar la tecnología con criterio
Uno de los puntos más importantes del informe y de la intervención de los ponentes es que la digitalización no puede limitarse a cumplir una normativa o instalar una aplicación. Para que genere valor real, debe ser una herramienta viva, adaptada a la forma en que el taller trabaja, planifica y se relaciona con su entorno.
Un entorno que es cada vez más complejo ya que el cliente final exige más transparencia, las flotas piden trazabilidad, los fabricantes exigen cumplimiento técnico y el mercado impone márgenes cada vez más ajustados.
¿Qué es el Club de la Posventa de V.I.?
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